lunes, 8 de junio de 2009

Soy un soñador

No sé si será una enfermedad, pero es incurable.

Tarde o temprano vuelvo a soñar, aunque intente aferrarme a la realidad (y mira que a veces lo intento) no lo consigo. No sé si soñar es malo, perseguir algo irreal y que quizá no se cumpla nunca.

Pero por otra parte, si no sueñas, ¿cómo reconocer el destino cuando llegues? Si no conoces el destino entonces... si te quedas en el primer sitio donde estés a gusto caminarás muy poco o si caminas mucho porque no conoces el destino, puede que te pases de largo.

Lo bueno de los sueños es que son difusos, porque te dan una idea de lo que buscas, suficiente para reconocerlo, pero insuficiente como para que llegues a un sitio y no lo reconozcas como el lugar donde debes quedarte porque el color de la pared no es como en el sueño.

Seguiré soñando, si sueñas y tienes alguna idea cuéntamelo.